Por Karen Dellamea
En días extraños, Formosa regresa a mí a través de un recuerdo breve, pero muy claro: estamos cruzando el Bañado la Estrella con papá, es de noche y la prisa nos empuja porque se avecina una lluvia y, Dios sabrá, quedarse varados en medio del Bañado con agua es algo impensable.
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