Fabio Martínez: “Los libros son de los y las que los leen”

Con Los pibes suicidas —novela punk, novela trash, novela social, novela hermosa— Fabio Martínez (1981) armó diez años atrás una recreación del ánimo de la juventud argentina pos 90s. Pero, por sobre todo, propuso una épica, tal vez triste, quizás desahuciada, pero épica al fin. La misma épica que ya se leía en los cuentos de Despiértenme cuando sea de noche, libro de 2010.

Ahora Fabio acaba de publicar La guardia de la noche (editorial AntiPop), otro librazo de cuentos dulce y brutal. Cuentos que celebramos mientras él habla de cosas importantes…

-Usted escribe y es reconocido por eso. Pero en realidad ¿en qué asunto es bueno usted?

-La verdad que soy un bueno para nada. Juego al tenis y me defiendo, juego al fútbol y soy malo. Cocino de manera aceptable. De chico me decían que besaba bien, pero a veces creo que me chamuyaban. Sin embargo, si me pongo a pensar en qué soy bueno, diría soy bueno bailando, sobre todo si es cumbia. 

-¿Emoción contenida y bajo control o Emoción desenfrenada?

-Soy un fiel seguidor de la querida Hebe Uhart, así que emoción contenida y bajo control, o como decía ella, a media rienda. 

–¿Está bien o está mal robar libros?

-Re bien, y más si son libros que nadie lee, libros que están olvidados y cubiertos de polvo. Como se dice que la tierra es de los que la trabajan, yo le agrego, los libros son de los y las que los leen. 

-¿Escribir es un trabajo? ¿Y leer?

-Escribir es un trabajo como cualquier otro y leer también. Yo coordino talleres literarios y me paso los días leyendo los cuentos de los y las participantes como así también releyendo cuentos de otros autores para compartir con ellos y ellas. Cuando era más joven, siempre soñaba con tener un trabajo donde lo único que tuviera que hacer fuera leer, lo deseaba mucho.  Con el tiempo y de manera paulatina me di cuenta que cada vez leía más y me pagaban por eso (hermoso). Tampoco quiero decir que vivo de leer, pero es un trabajo y suma. 

-En un barco que se hunde hay un poema, un cuento y un ensayo. Usted puede salvar sólo a uno. ¿A cuál salva?

-Un cuento, sin ninguna duda. 

-Si acaso un virus mortal se desatara sobre la Tierra y, aunque suene inverosímil, nos viéramos obligados a implementar una cuarentena. ¿Con qué personaje de ficción le gustaría pasar esa cuarentena?

-Es una pregunta difícil, se me vienen muchos personajes a la cabeza. Rue de Euphoria, o Las hermanas Font de Los Detectives Salvajes, Celina de “Las puertas del cielo” de Cortázar o hasta me dan ganas de estar con el personaje de Los llanos y pasar la cuarentena tratando de hacer una huerta. 

-Complete la oración con el título de un libro:

a) Menos mal que no escribí… 

iba a responder El alquimista de Cohelo, pero me puse a pensar y me hubiera re gustado escribir un libro que vendiera tantos ejemplares.

b) Cómo me hubiera gustado escribir… 

Los detectives salvajes, El limonero real, Cicatrices, Stoner, La ciudad y los perros, El extranjero y mil quinientos libros más. 

-¿Qué cosas propias o ajenas le avergüenzan?

-Me avergüenza que sea más importante todo lo que rodea la literatura que la literatura misma.

-Un consejo, pauta, o cosa por el estilo para alguien que recién se larga a escribir, o que ya lo venía haciendo pero con muy mal tino.

-Si puede vivir sin escribir, no escriba…. Naa. Hablando en serio le diría que nadie dijo que escribir fuera fácil, hace falta mucho tiempo, esfuerzo, paciencia y sobre todo una cabeza limpia de tanta explotación laboral para afrontar la escritura. Pero al margen del trabajo inmenso que implica la escritura, también hay un momento de magia, un momento donde la escritura fluye y uno encuentra una voz interior que parece dictarte lo que tenés que escribir. Entonces le diría que busquen esos momentos, esa magia y la disfruten. 

-Lo mejor de la literatura… 

-… son las ferias, los encuentros, las lecturas (aunque a mí nunca me invitan a leer) y las historias que quedan grabadas en tu cabeza y te ayudan a soportar el día a día.