Ernestina Perrens: “La obra y la propiedad suelen ser, por suerte, opuestos”

Con los cuentos de Cáscara Negra (Paradiso) recién salidos al ruedo, Ernestina Perrens reafirma la belleza y contundencia de Tacurú (Paradiso, 2020), la novela con que irrumpió en eso que llamamos escena literaria. Lúcida y afilada, hoy Ernestina se sumerge en Lo importante:
-Haga una autocrítica de su obra. ¿Qué es lo mejor, qué aspectos debería mejorar?
-No vuelvo a leer lo que ya edité. La obra ya tiene vida propia. Si lo hiciera me paralizaría y no podría seguir escribiendo. Cada vez que empiezo a escribir es como si lo hiciera por primera vez.
-¿A qué cuento, a qué poema se parece el mundo actual? ¿Por qué?
–“El derrumbe de la Balinverna”, de Dino Buzzati, un clavo fuera de lugar y todo se va a al carajo.
-¿Qué parte de la tercera copa del mundo le debemos a usted?
-En la tercera copa ya me costaba entonar muchaaacho.
-¿Cuál es la parte placentera de su oficio? Expláyese, por favor.
-Me distraigo y obro (Pessoa). Esos momentos donde me distraigo, aflojo la mirada, las palabras fluyen y siento que algo sucede, que algo va apareciendo. Pequeñas victorias. Y me convierto en un ser de bien, se me afloja el monstruo.
-¿Por qué su oficio es necesario para que el mundo siga en pie? ¿Y por qué no?
-El mundo no está en pie. Y la literatura debería lograr que no lo siga estando pero es una ilusión.
-¿La obra es propiedad suya o somos libres de compartirla? ¿Por qué?
-La obra y la propiedad suelen ser, por suerte, opuestos.
-¿Qué fue lo último que aprendió de su oficio?
-Una mala postura en una silla no lo suficiente ¿ergométrica? causante de lumbalgias.
-¿Usted hace lo que hace para evadirse o porque tiene algún mandato que cumplir?
-Escribir destruye mis miedos, deja los mandatos afuera.
-Un consejo, pauta, o cosa por el estilo para alguien que recién se larga a escribir, o que ya lo venía haciendo pero con muy mal tino.
-Que siga, que apueste y no escuche consejos ajenos.
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