Daniela Rafael: “Ver demasiadas series malas los domingos por la tarde y hasta la madrugada, mientras me digo: ¿por qué no leés?”

En Perros de tribunales (editado por EDUNSE), libro de cuentos de Daniela Rafael, Santiago del Estero, la ciudad, aparece narrada desde los ojos de los perros que remolonean por el centro, que se quejan del avance de la urbanidad, de las motitos, del ajetreo, cosas que les dejan cada vez menos espacio para el esparcimiento. Buenos perros que, como marginales, sostienen pese a todo una forma de dignidad.
Daniela Rafael, que nació en Fernández, reside en Santiago del Estero y es Abogada, publicó los libros Las dos casas (cuentos, 2005), Los gusanos no se volverán moscas (cuentos, 2012), Un sapo aplastado en la Avenida (poesía, editado por Chernobyl Ediciones). Cofundó y dirigió la revista de narrativa Los Inquilinos e integró la editorial santiagueña Larvas Marcianas.
Desde Santiago del Estero, Daniela se entrega a este interrogatorio:
-Usted escribe y es reconocida por eso. Pero en realidad ¿en qué asunto es buena usted?
-Capaz sea buena en no ser mala. A veces se confunde ser buena con no decir nada, aguantar todo y se trata de ser honesta con una. Aunque, también, una maldad “piadosa” sirve para revelarse (robar un libro es un buen ejemplo).
-¿Emoción contenida y bajo control o Emoción desenfrenada?
-Emoción, vivirla con todos los sentidos para traducirla en lo que escribo, hacerla explotar contra una hoja.
-¿Está bien o está mal robar libros?
-A las librerías de barrios, a la del librero amigo, nunca jamás. Al resto, sí. Luego regalarlo a otro lector. Es la perfomace de un poema.
-¿Escribir es un trabajo? ¿Y leer?
-Un oficio que parte de una obsesión.
-En un barco que se hunde hay un poema, un cuento y un ensayo. Usted puede salvar sólo a uno. ¿A cuál salva?
-Un poema, “Primera hora”, de Sharon Olds.
-Si acaso un virus mortal se desatara sobre la Tierra y, aunque suene inverosímil, nos viéramos obligados a implementar una cuarentena. ¿Con qué personaje de ficción le gustaría pasar esa cuarentena?
-Elena Rypley, Y por qué no, con el fantasma de Juan Forn. Renuncio a Elena sin dudarlo.
-Complete la oración con el título de un libro:
a) Menos mal que no escribí… El Entenado. Lo habría arruinado
b) Cómo me hubiera gustado escribir… Todas las crónicas de Claris Lispector.
-¿Qué cosas propias o ajenas le avergüenzan?
-Ver demasiadas series malas los domingos por la tarde y hasta la madrugada, mientras me digo: ¿por qué no leés? Podría haber leído el Quijote si sumara las horas de los cuatro domingos de un mes. Las ajenas, como la avaricia, no me dan vergüenza sino bronca.
-Un consejo, pauta, o cosa por el estilo para alguien que recién se larga a escribir, o que ya lo venía haciendo pero con muy mal tino.
-Una vez, uno de mis hijos me contó que, mientras esperaba el colectivo, vio a un hombre de traje y maletín que se puso a jugar con un bollo de papel como si fuera una pelota. “Me hubiera gustado escribir sobre eso”, me dijo. “¿Por qué no lo hiciste”. “No sabría cómo”. “Comenzá con ese bollo de papel y no con el hombre de traje, a contar la historia”. Leer mucho, escribir mucho, reunirse con escritores, hacer talleres. Y por último, leer “¿Así que quieres ser escritor?”, de Bukowski. Si persistes en la escritura después, ya está.
-Lo mejor de la literatura es…
-… que no dependo de nadie para estar en ella.
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